Cabaña Marconi

Cabaña MarconiPor desgracia, esa felicidad sólo se suele dar al principio, porque enseguida hace su aparición el peor enemigo de quienes tienen que atravesar el desierto de Soledad: el Aburrimiento. -La vaca que no tiene cabeza, todas las cosas aplaza-. 

En esa actividad de hacer frente a la pereza, desde la habitación de al lado suena un yeah, yeah dirigido por una batuta que con cada movimiento recuerda una conversación en la Cabaña Marconi.

Detrás del telón de nuestros pensamientos, Hook y Rufio almuerzan en este lugar, pero los kilómetros de nuestro coche bajan nuestros sueños, sin sobresaltos divinos, ya que la dirección en la que estamos es en la calle Camino del Cura 233, en el Encinar de los Reyes, Alcobendas. Generaciones de cromos se identifican más con la casa de madera, pero caprichos o no, es otra manzana la que está cambiando la evolución de las personas, y Cabaña Marconi es una bienvenida a todos los sentidos como modelo de restauración.

cabaña MarconiLa ejecución, o lo que fuera del interiorismo definimos como decoración, ha sido realizada por Sofía Olazábal, dónde todo gira en torno a su luz. Paredes altas acristaladas, que no tienen su fin en el techo sino que como una hiedra se entrelazan para que la mirada pueda descansar siempre sobre un punto de luz natural.

Cabaña MarconiGrises, blancos y tonos marrones son los uniformes de los elementos decorativos de uno de los lugares de mayor referencia en la zona norte de Madrid. En Otoño e Invierno, la claridad de nuestro clima entra en el espectro de bien preciado, Cabaña Marconi lo sirve como parte de su carta.

Deja espacio a la asimilación, con una terraza fuera del círculo decorativo que amurallan altas estanterías y chimeneas, para los amantes aficionados al cigarrillo de después -de comer o cenar- por no caer en censura. El peso lo llevan los entrantes, con platos como el laminado de verduras al horno con provolone, la burrata o el adelantamiento por la derecha de platos de cuchara como la sopa de cebolla. Los segundos caminan con paso italiano, sabiendo que las carnes y hamburguesas tienen cabida en muchos de los restaurantes de Madrid.

Cabaña MarconiPara los que no han encontrado atractivo en el paladar, lo tienen crudo, en steak tartar. Para celebración, tienes hasta platos de 21 euros, y para no suplicar por ir, la media está entre los 9 y los 15, por lo que la variedad de carteras y bolsos hacen de Cabaña Marconi un escenario idóneo para comer y cenar.

Al principio del post, leíamos Memorias de una vaca, y pensando en el refrán de que vaca dichosa no tiene historia, tomamos el café sentados frente a una gran chimenea encargada de garantizar una buena despedida a todos los comensales que hemos huido de la pereza y hemos salido a jugar a la Cabaña Marconi.

Dirección: c/ Camino del Cura 233, en el Encinar de los Reyes, Alcobendas

Teléfono: 91 650 79 13

Para conocer más lugares cómo este, visita nuestra página de Instagram @laesquinasinluz

 

 

 

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